El parque paradójico (I). Epiménides

El domingo por la mañana en la zona este del parque, cerca del estanque, sobresalía sobre las demás la voz atronadora de un orador.
-Os lo repito una vez más y no me cansaré de hacerlo. Nunca creáis, nunca, a los predicadores que con sus maximalismos os intentan convencer de sus doctrinas y verdades infalibles. Siempre mienten.
Después bajó de la caja y comenzó a saludar paternalmente a sus fieles.


¿Quieres leer otra historia al azar?

No hay comentarios :

Publicar un comentario