El mal trago de Aurora G.

Lo peor había quedado atrás, pensó Aurora G., quien al fin volvía a ver la botella media llena. Un día, al regresar de la oficina, se encontró con que el televisor se había averiado. A solas en el salón de su casa, sintió un intenso escalofrío. Comprobó que todas las ventanas estuvieran cerradas y los radiadores encendidos, pero el frío iba en aumento. Empujada por el desasosiego, rebuscó entre los armarios y encontró el único licor del que no se había deshecho meses antes. Logró entrar en calor, si bien desde aquel día Aurora G. vuelve a ver la botella medio vacía.


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