Jornada sofocante

La torre del reloj de la rotonda de acuerdos se ha deshecho. Su material plástico no ha soportado el enorme calor de la jornada pasada. El mecanismo horario, sin embargo, ha seguido en su sitio auto-sustentado sobre lo que parece una corriente descendente en chorro de aire tórrido. Los operarios encargados del tiempo lo han apuntalado en espera de una nueva estructura, pero no han podido conseguir dominar el movimiento anárquico de las manillas que parecen enloquecidas.
—Coronad la esfera con un gran sombrero blanco —ha aconsejado el decano Grutón —es seguro que se trata de un simple ensolamiento febril.


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