Los amantes

Últimamente no puedo mantenerme demasiado tiempo sin comenzar a divagar sobre la vida en la ciudad, sobre lo duro que es vivir con una tristeza que apuñala el intestino. Si me gustara el whisky, lo pediría con hielo, pero tengo que conformarme con el desabrido anís del mono, cosas de la educación. Yo era el respetable señor Estuplo, yo era un hombre de bien. Ahora apenas nadie me dirige la palabra. El camarero por cortesía sí que me habla. A veces me pregunta por qué no vuelvo a casa. Yo le sonrío condescendiente y trato de explicarle que no puedo volver al lugar al que nunca pertenecí.


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2 comentarios :

  1. Me gusta. Tiene el auténtico y bernardino regusto amargo y tabernario de un perdedor de barra

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  2. Gracias por compartir y felicitaciones por la creación de este publo virtual lleno de letras. Abrazos, Chente.

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