Satisfecha

Durante semanas la señora A. sueña con saltos del tigre, con aspas del molino, con carretillas, con pinos indios y otras posturas del Kama Sutra. Hasta que un día se da cuenta de que sus sueños son un claro indicativo: necesita sexo con suma urgencia. Entonces, la señora A. procede a la búsqueda de un amante de alto standing, que no es cuestión de perder el tiempo entregándose a un amante cualquiera. No le cuesta encontrarlo como a priori cree, pues descubre que el chino que se ocupa de hacerle los dobladillos y algunos arreglos menores en su ropa, tiene otros dones además del de la aguja. Es así como cada tarde el chino solícito le cose, le borda, le zurce y hasta le hilvana las prendas a la señora A. dentro del pequeño probador que se encuentra en su tienda. Afortunadamente para todos, la tarde en la que el señor A. entra de improviso, pues se le descosió su abrigo nuevo, su esposa tiene el cierre bien subido y los botones recién abrochados.


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1 comentario :

  1. Muy gracioso, hay que ir por la vida tomando de cada quien lo que se puede.Y entre dobladillos y costurones,porqué no avanzar un poco más,no hay puntada sin hilo.
    Talina

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