Lágrima

Había dormido mal. Mientras bebía el chocolate del desayuno vertió una sola lágrima en la taza; una lágrima tan densa que rebasó el borde de la taza, el del plato, descendió por las patas de la mesa, llegó al suelo y bajando por las escaleras salió por el portal. Fue sólo una lágrima, pero la tenía presa desde que nació.


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