Mi señora prepara una ensalada Waldorf, vitel tonné y unas empanadas de humita. Yo armo la pileta de plástico en el living, subo la calefacción al máximo y me sirvo un Fernet. En la mesa colocamos la comida, el panettone y el pionono con dulce de leche. Consigo que mi erizo, a regañadientes, se ponga la bombacha rosa para la buena suerte. A las doce de la noche abrimos los regalos que están bajo las ramas del árbol de navidad. Papá Noel le regala a Oscar una campera con agujeritos para que pueda sacar sus púas. Mi mujer recibe un baby doll rojo transparente y un portaligas a juego. A mí me trae una musculosa y unas antiparras. Brindamos con Ananá Fizz. Los tres nos metemos en la pileta. Afuera nieva, pero en casa celebramos una verdadera navidad argentina.
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Adoro a Óscar, tan tiernito con su bombachita rosada.
ResponderEliminarPrecioso relato de una navidad argentina
Amapola