El curandero

En el centro de Ágrafa, en un solar rodeado de edificios altos, está la casucha del curandero, tiene el tejado de hojalata y la rodea un patio donde da el sol y la sombra, y donde crecen toda clase plantas. Allí, una vez por semana, acuden desesperados los enfermos. Impedidos en silla de ruedas, ciegos, sordos, gente con mal aliento, los que perdieron el sueño y no lo encuentran, los del mal de amores, los desahuciados. Todos salen de allí curados de su mal, los ciegos ven pero quizá no oigan o les toque la silla de ruedas, los del mal de amores salen contentos, pero quizá se lleven pústulas o mal aliento. Las reclamaciones aquí no sirven. Nadie puede alegar que no se haya curado de su mal.


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1 comentario :

  1. Bueno, ya me aventuré por estos lares y me topé con el curandero. Al parecer cura todo o casi todo, pero no me quitó la sed de leer. Como turista curioso, iré conociendo poco a poco sus rincones y a sus moradores. Felicitaciones a los arquitectos creadores de este poblado. Chente.

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