La influyente señora C.F.

La señora C.F. acostumbraba a recorrer las calles del barrio más contestatario de la ciudad en su patinete de alta gama con un látigo de cuero en la mano. Se paseaba impunemente golpeando a diestro y siniestro a los transeúntes. Al principio a algunos habitantes de este barrio les hacía gracia la escena pero la risa se les pasaba rápidamente cuando les tocaba a ellos recibir los inmisericordes latigazos. Había calles en las que todos los habitantes estaban marcados unos en la cara, otros en piernas y espalda, brazos y tobillos. La señora C.F. era una mujer muy influyente y a pesar de la protestas nadie pudo impedir que continuara con su actividad.
Un día, la rueda delantera del patinete de alta gama de la señora C.F. se quedó clavada en un socavón lo que hizo que ella saliera disparada y se diera de bruces contra una farola. Muchos celebraron los días que permaneció convaleciente y sintieron mucho su pronta recuperación. En el barrio más contestatario de la ciudad declararon como su patrón a Don Socavón. En su honor llenaron las aceras de baches y se plantaron farolas.


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1 comentario :

  1. Gracioso el caso de la señora C.F. (aunque menos si te deja una cicatriz...)

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